Tras la mascarilla

03/06/2020

Hace un tiempo que estamos viviendo tapados, como si anduviéramos con un escudo. Todo lo que esta detrás de nuestra mascarilla queda reservado para unos pocos privilegiados. Todo eso que la cara expresa, comunica y transmite, los labios cuando se mueven, la sonrisa, la sincronía de la boca con los movimientos de los ojos y cejas… toda esa riqueza nos la estamos perdiendo.

Se que la mascarilla es escencial para cuidarnos y por nada del mundo quiero desinsentivar su uso, pero tampoco desconocer que si a mi me sigue desconcertando que de un momento a otro, ya no veo caras más allá de la de mi marido la de mi hijo y la mia, me imagino lo impactante que debe ser todo esto para niños pequeños, que aún no entienden muy bien lo que está pasando, que aún no comprenden que tras la mascarilla sigue estando la cara completa de una persona. Imagínense una mujer parturienta que tuvo a su guagua con el doctor y matrona de turno y que nunca supo quienes eran. Nunca pudo ver a las personas que se escondían detras de esos trajes de astronauta, y que la acompañaron a traer a su hijo a este mundo.

La verdad es que hoy me siento cansanda. Estoy cansada de no poder saludar como corresponde al conserje que cuida mi edificio. De no poder regalarle una sonrisa fraterna a mi vecino. De no poder reunirme presencialmente con mis amigos. Con mi familia. De recibir pacientes nuevas sin poder acojerlas con un abrazo y con un tecito. Estoy cansada de que mi hijo lleva un tercio de su vida conociendo a su familia a través de una pantalla que cada día siento más fría, rígida y distante.

Les prometo que hay días que entiendo y me conecto con que esto no durará para siempre. Incluso intento pensar que la distancia física es una oportunidad para aprender a relacionarnos de otra manera, desde otro lugar. porque relación implica rel-ACCIÓN, y existen muchas y distintas formas de relacionarnos con un otro. Pero hoy no. Hoy no quiero. Hoy hecho mucho de menos el contacto. Hoy estoy con resaca después de una noche espantosa. Hoy solo quiero el abrazo de mi madre, su compañia y su ayuda. Pero no puedo tenerla. 

Hoy es un día en blanco y negro. Abochornado. Tanto de la ventana para afuera como hacia adentro de mi casa. Hoy deseo profundamente que nos podamos sacar la mascarilla mas pronto que tarde.

Un abrazo,

Nico

i

Más Novedades