Ser mamás sobre informadas

09/03/2020

Hace un tiempo terminé de ver la serie Mad Men (100000% recomendada!), y una de las cosas que pensaba al verla era sobre la mapaternidad de esa época (1950 aprox). La generación de nuestros padres cuando eran niños. Era una maternidad bien en piloto automático, metiendo mucho las patas, muchas veces sin saberlo, porque se hacía lo que el doctor, o la mamá o la vecina decían y punto. Sin cuestionamientos. Quizás, de cierta manera, eso lo hacia más fácil.

Pasan las generaciones, y aquí estamos, maternando en una sociedad marcada por tener una vía de acceso ilimitada y directa a un sin fin de información. Google nos responde todo en tres segundos. Amazon los ofrece una biblioteca de libros mas grande que museo europeo. Sobreconsumo de poder. Y si bien, soy una convencida de que información es poder, porque permite tomar decisiones conscientes y con sentido, tanto dato duro puede influir en las expectativas que nos hacemos respecto a “cómo debes suceder las cosas”, así como también nos desconectan de lo más instintivo y visceral que muchas veces es fundamental.

Les encargo la frustración cuando me vi enfrentada a la realidad de mi maternidad. Cuando a pesar de todos los videos que vi y libros que leí sobre lactancia, no lograba solucionar el dolor extremo que sentía al amamantar. Cuando no podía ir ni a la esquina con mi bebe en el coche porque no paraba de llorar, a pesar de haber comprado un coche de lujo. Cuando los días de llanto y de emociones inmanejables seguían estando aunque los supuestos 40 días de puerperio se habían terminado hace rato.

Que la información con la que contamos sea nuestra guía, sea la que nos permita tener los ojos abiertos, pero sin que opaque nuestro instinto, esa sabiduría que habita en nuestro interior. Necesitamos ser capaces de conectar con ese lugar, para que el sentimiento de seguridad y confianza en nuestro rol como madres, no dependa solo de algo externo, sino también de nuestros propios recursos y capacidades.

Un abrazo,
Nico

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