Repensando: Lo que no hay que decirle a una mujer frente a una pérdida gestacional

16/03/2021

Me pareció preciso y en sintonía con la partida de mi abuelo y mi semana bien tristona, hablar de la muerte. Porque si de la muerte ya nos cuesta mucho hablar, ni que decir de la muerte gestacional. Tabú…

Tanto silencio y desconocimiento, ha generado muchísimo dolor en todas aquellas mujeres que están atravesado un duelo gestacional y que no encuentran un espacio que valide la ausencia y el dolor que sienten, por ese bebé que estaba y ya no está, sin importar cuántas semanas de gestación tenía. Ante una pérdida, del tipo que sea, necesitamos sentir que nuestro entorno nos permite vivir el duelo, con la profundidad e intensidad que cada una necesite, sin embargo, muchas veces recibimos de vuelta sólo gestos de incomprensión y palabras que están demás…

Hoy les comparto 4 odiosas frases que nunca deberíamos decirle a una mujer que ha perdido a un bebé, basado en el libro “La cuna vacía”(M.Angels Claramunt). Espero sea de ayuda para enfrentar momentos como estos en los que muchas veces, intentando buscar que hacer o que decir, terminamos metiendo las patas…

1) «Tranquila, no pasa nada, es súper normal tener una pérdida». Por más que sea algo que  muchas mujeres vivan, lo «normal» o lo estadístico no sirve de consuelo. El saber que la muerte es parte de la vida, no quita el dolor que implica haber perdido a un bebé. 

2) «eres joven, todavía tienes tiempo para volver a embarazarte». Esto solo invalida el dolor de la mujer, quien la está pasando mal, independiente de la edad que tenga.

3) «Mejor no hablemos de esto, mientras antes lo olvides mejor» Si ya nos cuesta hablar de la muerte, las pérdidas gestacionales son un tema aún más tabú. Sin una narrativa, no podemos procesar, elaborar e integrar poco a poco la pérdida a nuestra rutina cotidiana. Necesitamos ser escuchadas y contenidas por otros, desde la empatía y la comprensión. 

4) «Ya han pasado varios días para que sigas así… tienes que seguir funcionando» Cuando no nos dejan vivir nuestro dolor y nuestro proceso, nos sentimos culpables, porque «no deberíamos» estar así. Hay que dejar de lado las comparaciones, porque cada mujer tiene sus propios ritmos y tiempos para elaborar lo vivido, y tarde lo que tarde, merece respeto. 

Un abrazo,
Nico

 

 

 

 

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