Hace poco terminé de leer dos tremendos libros: “Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo”, de @chimamanda_adichie, y “Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad”, de @esthervivasesteve. Desde estas dos nutridas miradas, fue inevitable preguntarme: ¿Acaso soy una mamá feminista (M.F)? ¿Qué implica en lo concreto definir mi maternidad desde el feminismo? El tema da para mucho, pero les comparto algunas reflexiones interesantes para revindicar este concepto que está lleno de prejuicios y malas interpretaciones:
-Una M.F no tiene miedo de sentirse poderosa, de pelear por sus derechos, de desobedecer, y de hablar de aquellos temas que incomodan, aunque nos tilden de irreverentes, rebeldes, o mal humoradas, porque no podemos caerle bien a todo el mundo ni ser “buenitas”, “calladitas”, “tranquilitas”, sino una persona plena, amable, sincera y auténtica. Pero, como sociedad, estamos acostumbrados a ver el poder como una cualidad masculina, por lo que las mujeres poderosas, por lo bajo, asustan
-Ser una M.F, tiene que ver con buscar una manera de vivir nuestra maternidad escapando de los mandatos que esta sociedad nos impone. No queremos ser la madre que sacrifica sus proyectos de vida y se encierra en la casa a cuidar de su familia, definiéndose únicamente como madre y esposa, sino que buscamos rescatar otros roles que nos definen, entendiendo que el ser mujer va mucho más allá del hecho de ser madre. Tampoco implica responder a este ideal de la mamá superwoman que aparentemente todo lo puede. Por el contrario, implica reconocer que estamos haciendo lo mejor que podemos, pero que también nos cansamos, nos quejamos, nos equivocamos, y que eso está bien, y que a veces necesitamos pedir ayuda, porque también tenemos necesidades humanas
-Ser una M.F supone -intentar- criar dejando de lado los estereotipos de género tan arraigados en nuestra cultura. No es una tarea fácil, ya que va mucho más allá del color de la ropa que compramos. Tiene más que ver con entender que nuestros hijos son individuos, y que buscamos ayudarlos a alcanzar su máximo potencial y no a encasillarlos en lo que un niño o niña debieran hacer. Tanto una mujer como un hombre tienen el mismo derecho a elegir un helicóptero o una muñeca en la juguetería, a vestir ropa colorida, a pedir matrimonio, o a optar por no casarse.
-Una M.F valora la feminidad, porque no es excluyente con el feminismo, pero no impone características ideales ni cánones de belleza si sus hijes no se sienten cómodos con eso, porque entiende que el mundo es diverso, y que la diferencia y la subjetividad hay que reconocerla, aceptarla y respetarla
✊💜 ¿Y tu, te consideras una M.F?
Un abrazo,
Nico