Las fiestas patrias inauguran para mi familia un período de mucha celebración: primavera, cumple Uri, cumple mío, aniversario matrimonio y etc… y en ese contexto un día me pregunté: ¿Por qué celebrarle el cumpleaños a mi hijo si no se va a acordar de nada cuando sea más grande? Aquí van mis autorespuestas…
🌈Porque la memoria no sólo es consciente. El cuerpo también recuerda. Las emociones dejan una impronta en alguna parte de nosotros, y si puedo hacer que mi hijo tenga un momento placentero, conectado con el goce, la alegría, y el amor, me parece el mejor regalo de cumpleaños que puedo entregarle
🌈Porque creo que es una excelente excusa para reforzar la sensación de sentirse querido, reconocido, respetado, siendo parte de una familia y de una comunidad, y que su aniversario si nos importa. ¿Se imaginan cómo se sentirían si para su cumpleaños nadie los llama?
🌈Porque me parece divertido para nosotros los adultos, soltar, desordenarnos, tirarnos al suelo, ensuciarnos la ropa, mirar el pasto y las hojas, jugar con tierra, comer con las manos. Es fascinante la facilidad con la que los niños se conectan (y nos enseñan) sobre las cosas simples de la vida
🌈Porque como seres humanos sociales que somos, necesitamos ritmos y ceremonias para conmemorar fechas importantes. Para dar sentido. Para ir tejiendo nuestra historia, e ir construyendo un relato que nos defina y nos de sentido de identidad y pertenencia
🌈Porque implica celebrar no solo el primer año de vida de mi hijo, sino mi renacer como mujer y madre, y que rico celebrarnos juntos (además que nuestros cumpleaños solo están a 6 días de diferencia)
Es verdad, probablemente en la consciencia de #Uribebe no quede registro de lo que fue su primera vuelta al sol, pero en la mía sí. En la de su papá y abuelos también. Y nosotros seremos los encargados de contarle cómo fue su primera celebración y sus primeros años de vida. Y qué privilegio tenemos de poder narrarle una historia, SU historia… Así que celebren, celebremos!! Porque la vida se construye de pequeños y grandes momentos que se van sumando
Un abrazo,
Nico
