no podemos con todo y menos en pandemia

18/04/2021

 Por la cresta que es difícil no perder la paciencia en tiempos como estos. Hace algunos días micro enloquecí, porque Uri no paraba de repetir que quería comer y porque habíamos dormido bien mal después de 4 vacunas juntas… si, 4, y porque el día se me había hecho eterno encerrada en mi casa desde que la ridícula banda horaria termina.

Por la cresta que cuesta estar consciente de incluir a mi hijo en las actividades cotidianas. A veces me gustaría elegir yo lo primero que saco del refri y darle eso para comer y ya, y bien rapidito.

Y si, a veces pienso, que ganas de que duerma una segunda siesta para tener más tiempo para mi. Con el Ale celebramos cuando nos toca la siesta del sábado o domingo por la mañana, que obvio que la turnamos. Y si, me cuesta reconocerlo, pero cada día nos estamos volviendo más amigos de la TV.

Somos muchas las que estamos intentando día a día criar a nuestros hijos desde un lugar de mucha convicción, sentido, presencia y respeto, pero hay que reconocer que se está haciendo bien difícil y exigente maternar y maternar-nos… encerrados hace mucho rato, con niños que dependen de nosotras 24/7, con trabajos que no flexibilizan sus condiciones laborales y horarias, y resintiendo la pérdida de nuestras redes de apoyo fundamentales para sobrevivir a esta constante batalla entre crianza y trabajo.

Una paciente me dijo el otro día: «me cuesta tanto permitirme trabajar solo lo que pueda… a veces pienso que prefiero renunciar que hacerlo mal». Pero le dije a ella, y le digo a todas quienes me leen, que yo soy del bando del “weona tu NO podí todo el tiempo”, porque intentar ser la mamá superwoman, nos hace un flaco favor a nosotras las mujeres, solo refuerza la idea de que las mujeres y las madres siempre nos terminamos arreglando de una u otra manera. Así que aun cuando estamos intentando ponerle la mejor cara al mal tiempo, nos tiene que quedar claro que nuestra queja tiene permiso para aparecer en escena… sobre todo ahora, visibilicemos maternidades reales, a veces contentas a veces chatas, casi siempre cansadas y despeinadas, muchas veces con unos kilos encima, y por sobre todo sin la capa de superheroina…

 

Un abrazo,
Nico

 

 

 

 

i

Más Novedades