La primera infancia, se refiere a la etapa que va desde la gestación hasta los 3-5 años (dependiendo la fuente). Es el momento de la vida en el que más crecemos, aprendemos y nos vemos influidos por las experiencias ambientales que vivimos. Es el es período de mayor sensibilidad para el desarrollo de la regulación de emociones y conductas. Lo que ocurra durante esos primeros años de vida y la manera en cómo seamos cuidados durante ese tiempo, tiene un impacto significativo en lo que pasará después…
Desde allí que los cuidadores principales de un niño adquieren una relevancia tan importante. Entonces, poner en el centro el cuidado de la primera infancia, implica a su vez priorizar el cuidado de todos quienes cuidamos de ellos, porque finalmente, el como esté esa mamá, cuan contenida y ayudada se sienta, va a impactar de manera directa en el desarrollo cerebral, social y emocional de su hijo. Pero esto evidentemente, no está ocurriendo. No nos están protegiendo.
Es urgente visibilizar la importancia de contar con soportes que permitan a quienes estamos criando, tener tiempo y mente para ofrecer un cuidado amoroso y un vínculo seguro y estable. Es urgente visibilizar la responsabilidad que todos tenemos, de acordarnos y preocuparnos por aquellas familias en período de crianza temprana. Es urgente visibilizar la necesidad de programas de prevención y de cambios estructurales a nivel de políticas públicas que protejan a los niños, a sus madres y padres (u otros cuidadores significativos) y al vínculo entre ellos.
La experiencia moldea nuestro cerebro… y yo me pregunto, con el estómago apretado, que repercusión tendrá todo esto que estamos viviendo, todo este encierro, esta sobreutilización de pantallas, estas salidas al parque matutinas, heladas y en extremo restringidas, esta soledad y pérdida de redes de apoyo comunitarias (y un largo etc…), sobre esos pequeños cerebros en desarrollo y sobre las dinámicas familiares de todos nosotros.
#permisoparalaniñez ahora!!!!!!
#postnataldeemergencia ahora!!!!!
Un abrazo,
Nico
