Copa de vino en mano, me decido a entrevistar al Ale, mi marido y mi compañero de vida, a propósito de la semana de la salud mental paterna. Aquí un extracto de su generoso testimonio editado por mi
“Mi papá siempre ha estado muy disponible para mí, sin juzgarme, ha estado siempre conmigo. Pienso que ese modelo de paternidad, esa disponibilidad emocional, tiene que haber impactado harto en mí y en mis fantasías en torno a la paternidad. Porque yo nunca sentí que tenía que haber una diferencia entre el papá y la mamá. Y ha pesar de que he sido consecuente con eso, ha sido desafiante y estar realmente presente e involucrado. Extraño mucho la libertad de tener mis horarios, mis tiempos, mis momentos… sin restricciones. Ahora voy al trabajo y vuelvo a la casa, y si bien quiero volver, a veces no quiero volver todavía…
Algo que me hubiese gustado escuchar cuando estábamos embarazados, y que nadie me lo dijo es: “tu relación de pareja va a cambiar”. Ha sido para mí, para nosotros, un gran trabajo volver a repensarnos como pareja desde que está el Uri, es otra manera de comprender lo que implica ser y hacer familia.
A casi dos años de que nació nuestro hijo, me cuesta dar un consejo, porque no puedo pensar en la paternidad sin considerar el contexto de cada uno. Pero, aliento a todos quienes son o serán padres, a involucrarse lo que más puedan según sus posibilidades y recursos. Vale con todo la pena. Además que, mientras más a medias estamos tu y yo, más fácil se nos hace tener nuestros espacios propios para hacer otras cosas, como antes, aunque sea por un rato.
Miro para atrás, y veo muchísimo caos. Sumado al estallido y la pandemia. Me costó meses sentirme realmente padre, vinculado, y no solo mudando y haciendo dormir. Miro ahora el presente, y me conecto con un amor infinito… quiero estar mucho mi hijo, aunque me canso, quiero vivir muchas experiencias con él… hoy me siento puesto en esa manera de padre que quiero y que imaginé ser…”
Un abrazo,
Nico (y Ale)
