Ahora que hemos podido salir un poco más al mundo exterior, ha sido impresionante ver como nuestro #Uribebe comienza a reencontrarse con esos estímulos que por tanto tiempo estuvieron restringidos. Se queda pegado mirando a otros niños en la plaza, intenta perseguirlos y escalar sus scooters. Le encanta ver otros perros de colores y tamaños distintos al suyo, le dan ataques de risa, aunque a veces se asusta y llora cuando ladran muy fuerte. También ha llorado cuando alguien que no conoce le hace mimos y gracias, cosa que antes no pasaba. Los ruidos de los autos al pasar lo distraen y siempre está muy atento a las palomas que vuelan en la plaza. Tanta cosa nueva de una sola vez… me imagino que eso puede ser un poco abrumador para él, pero al mismo tiempo, interesante y entretenido… voces, caras, interacciones nuevas. Ya no somos solamente el papá el mono y yo.
Aunque suene un tanto iluso, estoy deseosa de que la pandemia vaya por fin perdiendo fuerza, para poder salir cada día más y reconectar con espacios y personas importantes para nosotros, que tristemente han quedado en pausa. Quiero que mi guagua pueda seguir asombrándose del mundo en el que vive, que aun en medio de una crisis mundial, sigue teniendo cosas hermosas 💚. Pero por sobre todo, mi Ale y yo queremos volver a vivir nuestros clásicos panoramas de antes, pero ahora con un nuevo integrante, y descubrir juntos cuál va a ser nuestra nueva dinámica, ahora de a cuatro.
Como dice el pediatra Carlos González, si bien el vínculo de un bebe con sus figuras primarias de apego es fundamental, la relación con otros seres humanos también es importante… los bebes necesitan ir construyendo su propia tribu, y de a poquito mi Uri estamos acompañándote a ir armando la tuya. Por ahora agradecemos este pedacito de mundo que hemos vuelto a descubrir, aprovechando y conectando con cada instante de libertad y normalidad…
Un abrazo,
Nico
