Estoy cansada…
Estoy cansada de escuchar preguntas como:
Lo vas a destetar al año cierto?
Todavía no duerme de corrido?
Ya lo pasaste a su pieza?
Por qué lo tomas en upa cada vez que te pide?
Ya le sacaste la siesta de la mañana?
Etc…
Todas las mujeres tenemos una vagina en común, y si hemos sido madres, todas parimos o nos parieron a nuestro hijo. Ok, esa es la parte biológica que compartimos. Pero la maternidad también es una construcción sociocultural. Y desde allí, LA única y gran maternidad no existe. Hay más bien un abanico inmenso de posibilidades de ser madres.
Y no, no siempre lo que vende nuestra sociedad de consumo es lo mejor. Porque el mercado nos dice que el coche tiene mas status que el fular. La mamadera es mejor que la teta, sobre todo después del año. La pieza propia evidentemente es mejor que hacer colecho. Dar papillas midiendo los gramos, es más seguro que dar trozos enteros confiando en la sensación de saciedad de nuestro bebe. Las siestas reglamentadas (sugeridas probablemente por entrenadoras de sueño) son más aplaudidas que el ir leyendo las señales de sueño de nuestro hijo aunque eso sea una hora antes o después de lo habitual. Y los brazos y las tomadas en upa debieran ser en su justa medida para no mal acostumbrar.
Mientras no hayan abusos, negligencias, ni malos tratos, toda maternidad debiera ser respetada. Incluso esas más animales, más mamíferas, esas que incomodan a aquellos ojos críticos que abundan en esta sociedad. Así que a las que no sabemos todavía cuando vamos a destetar, a las que todavía damos pechuga de noche, las que damos comida y abrazos y besos a libre demanda y no nos importa que nuestro hijo sea un mamón, a las que dormimos pegadas a nuestros cachorros, a las que no dejamos llorar para que aprendan a dormir… déjenos tranquilas por favor!!! Les prometo, que el 99,9% de las veces, cada mamá sabe lo que es mejor para SU hijo. Necesitamos menos mandatos, menos prejuicios, y más espacios respetuosos para que cada mujer pueda aventurarse y decidir como quiere vivir esta experiencia de convertirse en madre.
Un abrazo,
Nico