En el contexto de la semana mundial de la salud mental paterna, quise escribir esta carta…
A ti que eres padre…
Te invito a aprovechar este momento en el que tienes más permisos y menos reproches para estar en casa, para involucrarte y ser parte de la dinámica cotidiana. Anímate a hacerte cargo de los desayunos aun cuando el sol todavía no asoma por la ventana. No tengas vergüenza de tirarte al suelo y sacar a tu niño interior, de hacer voces ridículas y disfrutar de lo espontáneo. Te invito a hacer dormir a tu hijo, aunque implique leer varias veces el mismo libro justo a la hora del partido de la copa américa. Te invito a revisar si ya toca echar ropa a lavar. Te invito a dar muchos besos y a decirle a tus hijos que los quieres mucho. Te aliento a reconocer si te sientes mal y a pedir ayuda profesional sin miedo.
Aprovecha el encierro y detente a pensar en cómo ha sido tu manera de ser padre y de ser hombre. Cómo ha sido tu historia y tus modelos familiares y sociales respecto a las masculinidades. Tal vez te animes a buscar un cambio de narrativa en torno a tu paternidad, una nueva forma de habitar tu rol de padre, tal vez más sensible, tal vez más conectada.
Sé que el sistema patriarcal y neoliberal también trae consecuencias para muchos hombres. Sé que te puedes sentir exigido de proveer, de ser exitoso, de mostrarte fuerte, de no llorar. Los hombres históricamente no han sido socializados en torno a los cuidados y a los afectos, sino a la inversa. Se les enseña a competir, a pelear, a no mostrar lo que sienten y a pasar gran parte del día de la puerta de la casa para afuera. Los vínculos familiares quedan para lo último de la jornada. Con esto, los hombres, han perdido el potencial de atravesar un cambio de piel al convertirse en padres…Porque el hacerse cargo de los cuidados de nuestros hijos, es el motor principal de cambio, de transformación, y de reconfiguración de nuestra identidad, de nuestras prioridades, y de poder conectar con una manera de ser más pacífica, amorosa y compasiva.
A ti padre en pandemia, te animo a aprovechar esta crisis para cuestionártelo todo, porque de las crisis también resultan crecimientos y cosas nuevas…
Un abrazo,
Nico