Hoy me toca bañarte, con tu papá nos turnamos cada noche. Y aquí estoy en cuclillas, con mi mano atrás de tu espalda para sostenerte por si te resbalas. Y ahí estás tú parado, inquieto como siempre, jugando con los animales que pegamos en la pared. Veo tu espaldita y siento que se me ponen los ojos vidriosos. Te veo desde atrás y reconozco una silueta de niño. En qué momento mi amor, pasaste a tener un espaldita de un niño pequeño? En qué momento dejaste de tambalearte cuando te pones de pie para seguir explorando el mundo? Así es la vida, transformaciones y ciclos, naturales, pero que no dejan de sorprender. Y tal vez no me vas a creer, pero en unos años mas, vas a crecer, y te convertirás en un jovencito grande, bien parado sobre la tierra, echando raíces, así como un gran árbol, como esos que vemos en la plaza moverse con el viento. Así que mi amor, te invito a disfrutar a concho. Sigue jugando, parándote en la tina, mojando todo el baño, mordiendo tus juguetes, apretándome la nariz, pidiendo que haga más espuma con el jabón. Yo estoy aquí para jugar contigo, y para que juntos vayamos descubriendo nuevas cosas que te llamen la atención a medida que vayas creciendo. Yo estoy aquí para seguir cuidándote y regándote, así como a los árboles y a las plantas. Si quieres puedes ser un árbol de esos de tronco grande y con muchas hojas que dan sombra. O tal vez aquellos que pasan desapercibidos por la calle pero que de pronto se inundan de flores de colores hermosos, o también un pequeño arbusto que forma parte de un bello paisaje. Será decisión tuya. Yo seguiré aquí cerquita, para verte florecer a tu manera.
Un abrazo,
Nico